Simulaciones y ciberchancleteo


Frank Agüero Gómez


Doblaron levemente las campanas en el Capitolio de Washington y de inmediato palomas y depredadores, pendientes de lo que allí sucede, revoletearon agitados al compás del repiqueteo.

Unas, tras su aparente mansedumbre, en busca de los restos de pan lanzados al aire por el inquilino de la Casa Blanca, los devoradores intentando engullir cualquier atisbo de cambio en dirección a La Habana.

Tal sucede con algunas posiciones aparentemente divergentes sobre la última discusión en la Cámara de Representantes acerca del levantamiento de la prohibición a los norteamericanos de viajar a Cuba.

Las palomas a que me refiero se valen del ciberchancleteo para atrapar la curiosidad de cibernautas interesados en el tema Cuba, presurosas ahora en mostrar su aquiescencia con la autorización de viajes a Cuba. Se ilusionan en que los dólares de la calculada avalancha de visitantes norteamericanos a la isla servirían como mendrugo para cambiar la voluntad política del pueblo cubano.

De paso, con su oportuno desplante, buscan motivo para mantener la notoriedad alcanzada en los últimos tiempos y aseguran las primicias de que gozan en cierta gran prensa llamada seria, atenta a cuanto acontece en la isla del Caribe sin reparar en la veracidad y objetividad de las fuentes de sus noticias.

El propósito de los buitres es claramente otro: impedir que la razón y el buen entendimiento tienten la mano del Presidente Obama en dirección contraria a ciertos intereses radicados en Miami, emparentados a la vez con otros grupos que en Washington agitan el odio racial y el pánico masivo ante cualquier proyecto del Jefe de Estado que resulte beneficioso para la mayoría desprotegida de norteamericanos.

LOS ENTRE ACTOS DEL SHOW

El show mediático parece detalladamente concebido, montado y dirigido por varios expertos en sainetes políticos. Su escenario es Cuba y cuenta con varios momentos que asegurarían la actualidad y permanencia de actores y el argumento dramático.

ACTO PRIMERO: se escenifica la simulada golpiza por agentes castristas contra una escuálida y multipremiada bloguera, de súbito devenida la voz oficiosa de los acontecimientos de la isla gracias a la ayuda de euros y dólares como recompensa a su labor. La bulla mediática siguió al relato de la ciberchancletera y las declaraciones de mercenarios de adentro y sus promotores de afuera en solidaridad con la víctima del presunto atropello.

Haciendo caso omiso a las exigencias del buen periodismo (verifica los rumores antes de hacerlos públicos), agencias de prensa y espacios televisivos, amplifican la crónica del llamado autosecuestro a la siciliana, sin rostros de los supuestos camorristas. Aplausos de la plebe miamense ansiosa de ver sangre en la arena caribeña. Disgusto de los autotitulados opositores tradicionales, camajanes del patio que ven extinguirse su breve ayuno para retener la copiosa ayuda extranjera que terminó desplazado por la novela mediática. Para ver más detalles, recomiendo leer a Salim Lamrani, Las contradicciones de la bloguera cubana Yoani Sánchez, en el sitio Cubadebate

ACTO SEGUNDO: el informe de la organización Human Rights Watch (HRW), conocida pantalla acompañante de la política de Estados Unidos sobre derechos humanos y promotora de constantes campañas sobre los países etiquetados por el Departamento de Estado como protectores del terrorismo y el narcotráfico. No es extraña la coincidencia entre su aparición y la última campaña mediática sobre la isla, tal como se analiza La suciedad debajo del Human Rights Watch, publicado en el sitio digital de Juventud Rebelde.

Lo da a conocer el chileno José Miguel Vivanco, prohombre de Washington para el tema en América Latina, con avales de dirigir anteriores procesos contra Venezuela, Ecuador, Bolivia y Cuba, casualmente naciones del continente cuyos gobiernos y políticas están crucificados como antiestadounidenses.

Enjuicia a la mayor isla del Caribe entre los países donde se intensifica la violación y represión de derechos humanos, siguiendo el viejo prisma politizado, discriminatorio y selectivo. Desde el corazón del imperio le contesta la Oficina de Intereses de Cuba: su informe no tiene ninguna validez, desconoce lo que la Comisión de ONU sobre derechos humanos ha reconocido. HRW no se pronunció acerca del reciente informe de "Public Campaign" Sobre Acciones del Pac Anticubano Us-Cuba Democracy-Nov 2009, el cual demuestra que con el dinero del contribuyente norteamericano (más de 11 millones en apenas un quinquenio) destinados a grupos anticubanos en el Congreso se rigen la política y las posiciones de determinados legisladores de este país hacia Cuba. "¿Es que acaso HRW recibe también estas "donaciones"?, pregunta no respondida.

ACTO TERCERO: la genial bloguera consigue una supuesta entrevista con el presidente Obama, exclusiva mundial que recibe tratamiento preferencial de los heraldos del llamado periodismo libre, o periodismo de empresarios, aunque con menor resonancia en la gran prensa norteamericana.

En sus preguntas, parece indagar por el bloqueo a Cuba, el libre tránsito de viajeros norteamericanos a la isla y la libertad de expresión e Internet. Recibe respuestas tibias, aunque con el conocido lenguaje imperial de imponer modelos y condiciones a la soberanía de la isla. Aun así, respuestas reales o elaboradas por terceros, los halcones consideran "intrascendente" la aparente exclusiva. Si se quiere conocer otros análisis de la citada entrevista, recomiendo ir al blog La-isla-desconocida.blogsport.com, y leer Lo que Obama piensa de Cuba, del doctor Néstor García Iturbe.

La novel aspirante encarando al Nobel Presidente no deja ver nada de compromiso ni con su Patria agredida ni con su pueblo sacrificado por más de 50 años de injusto castigo por la gran nación del Norte, temas ausentes de sus habituales crónicas. Las huellas de la supuesta golpiza, invisibles para los médicos que la atendieron gratuitamente y los informadores que la entrevistaron, ya se han olvidado, pero para ciertos colegas valen más los adjetivos rimbombantes de un tipo de periodismo menos interesado en indagar la verdad que en atenerse al sensacionalismo comercial.

ACTO CUARTO: comienza con una gran noticia. El marido de la bloguera fue abucheado en una manifestación en la céntrica esquina de G y 23, en el Vedado habanero. Motivos: como un moderno Cid, el caballero retó a duelo dizque verbal al supuesto apaleador de su doncella, haciéndose acompañar de testigos y prensa extranjera. Como resultado, salió trasquilado y pudo escapar intacto gracias a la ayuda de algunos manifestantes que le rescataron de la ira popular.

El asunto volvió a las planas destacadas de los mismos diarios extranjeros atentos al sainete de La Habana. Solo un detalle: los informadores pasaron por alto que en esa céntrica esquina, famosa por ser sitio de reunión de la juventud universitaria, desde hacía varios días, se celebraba un Festival estudiantil dedicado al libro y los lectores, con música, bailes y variados atractivos que los muchachos no quisieron se les echara a perder con las poses contrarrevolucionarias del marido decimonónico.

La calle, le dijeron, es de los revolucionarios y no vamos a soportar tu verborrea y payasadas. Con tu cuento a otra parte, y le exigieron poner patitas y cuerpo afuera del alegre sitio, o de lo contrario asistir callado al espectáculo cultural que no por eso dejó de cumplir su programa.

Los "objetivos" informadores, esta vez avisados y presentes, no quisieron entrevistar a los verdaderos protagonistas de la noticia, pero una de ellas, alumna de la Facultad de Comunicación Social radicada en esa misma esquina, dejó plasmado en su sitio El blog de una universitaria cubana, una crónica detallando los sucesos que contempló desde sus inicios, con el título Generación Y: la cibertragedia de Yoani Sánchez (cubalmater.wordpress.com)

Entre tanto, continúan los cintillos e informes de prensa sobre el sainete habanero, mientras en el capitolio de Washington y en la prensa de Miami aparecen las figuras y fotos de los cernícolas y buitres casi rogando para frustrar el debate sobre la restitución del derecho de los norteamericanos a viajar a Cuba

Tras el barullo de los ciberchancleteros, interesados en incrementar su jugosa notoriedad, y de las palomas que dicen si, (para acabar más rápido con el socialismo), y de los depredadores que dicen no, (intencionados en no darle aliento a la mayoría partidaria de su continuación), se ocultan datos esenciales sobre la historia, la cultura de resistencia y el carácter de los cubanos

Se olvida que somos ciudadanos de tal vez el único país de este hemisferio donde las banderas y el himno de la gran nación del norte se respetan como símbolos propios Así hemos sido educados.

Y donde cualquier visitante se mezcla con la población sin discriminación de sexo, color o religión, ni recibir gritos insultantes por representar a un país cuyos gobernantes no conocen la tolerancia. Lo atestiguan millones de turistas que prefieren a la isla cada año para pasar sus vacaciones o discutir de negocios, problemas científicos, culturales o deportivos, de salud y medio ambiente.

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