Ningún golpe de estado es legal, ni aceptable la represión al pueblo.


Norelys Morales Aguilera.

La condena al golpe de Estado en Honduras es universal, pero los gorilas, los represores están maniobrando a cuenta de una legalidad transgredida por las armas. Ningún golpe de estado es legal.

Por otra parte algunos medios y agencias están poniendo el retorno de Manuel Zelaya a Honduras como causantes de la violencia. Están vinculando a Zelaya con el terror desatado por las armas antipopulares.

Ya se vio muchas veces en este mundo victimizar a la víctima.
En Honduras "hay tranquilidad a lo largo y ancho del territorio nacional", afirmó hoy en cadena de radio y televisión el presidente de facto, Roberto Micheletti, según ANSA. ¿Le creemos?.



El también golpista ministro de Defensa, Adolfo Leonel Sevilla, afirmó que "a nivel nacional la situación realmente está controlada…".

"En ninguno de los lugares hemos tenido hechos que lamentar, a Dios gracias todavía no hay ningún muerto y esperamos que no vaya a suceder", lo cual se contradice con versiones de personas que están en Honduras, donde hasta en los hospitales han ido a capturar dirigentes, como se han visto en imágenes televisivas.

El hecho real es que se desconoce el número de muertos, pero los hay.

El nuevo canciller golpista hondureño, Enrique Ortez, aseguró que si Manuel Zelaya intenta llegar a Tegucigalpa "hay 25.000 personas listas para impedírselo", mentira que desconoce a los otros miles que están en las calles silenciados por los medios y reprimidos.

El golpista ha anunciado orden de arresto para el presidente constitucional de Honduras. Se están basando en la misma “legalidad” con la cual lo sacaron en ropa de dormir desde su residencia hacia Costa Rica y han maltratado a funcionarios, pobladores y periodistas.

El golpe ocurrió el 28 de junio del 2009, el mismo día en que tendría lugar una consulta ciudadana de carácter no vinculante, convocada por Zelaya, respecto a la necesidad de cambiar la Constitución, redactada en 1982, cuando el país recién venía saliendo de una dictadura militar –apoyada por EEUU- extremadamente brutal que detentó el poder desde 1972 a 1981.

De ser los resultados favorables al cambio constitucional, se habría convocado en Noviembre a una Asamblea Constituyente.



Ese es el “delito” de Zelaya y el apoyo a los pobres para que la oligarquía y los militares, con el conocimiento de las autoridades Washington, desataran la represión contra los hondureños.

El presidente Obama se ha visto precisado a condenar el golpe, pero hay serios vínculos de su embajador, Hugo Llorens, nombrado por Bush, y muy conectado con Otto Reich y Negroponte, en los acontecimientos de Honduras.

Llama la atención que la Casa Blanca anunciara hoy que el diplomático se mantendrá en ese país, ya que su presencia resulta importante en estos momentos de crisis en esa nación centroamericana, dijeron, mientras la mayoría de los países democráticos retiraron a sus embajadores o contemplan hacerlo.



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