Ciberdisidentes (“virus, gusanos y troyanos”) jamás pueden ver la alegría del que llaman pueblo. Se los tienen prohibido.
La figura cuidada de Yoani Sánchez, por ejemplo, no osaría destacar el júbilo por cualquier motivo de sus gentes. Para eso no le pagan.
Quizás, como es especialista en catarros y cacerolazos virtuales, puede “humildemente” dirigirse a las autoridades para que suspendiesen el desfile del Primero de Mayo y evitar contagios. Sí, el contagio de cubano a cubano de lo que le pertenece.
Un amigo, Jorge, desde Santa Clara me hace llegar estas fotos prohibidas para ciberdisidentes.
Al medio día de hoy sábado, antes de un nuevo juego crucial entre Villa Clara y Ciego de Ávila, en el estadio Sandino, la Ciudad Naranja, el pueblo, el real pueblo daba rienda suelta a su alegría. De variadas formas y en muchas partes de la isla también, aficionados al béisbol o no.
Este tipo de fotos jamás el internauta las verá publicadas en un blog de los "defensores de la libertad", etc., etc.
Unos bailan y cantan, otros gozosos, observan.
¡Póngale música de conga al fondo!
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