La campaña fue iniciaba, curiosamente, con la petición de libertad de José Antonio Torres, un experiodista del diario cubano Granma que fue condenado, en 2011, a 14 años de prisión por espionaje (5).
Pero... algo no cuadra en este asunto. ¿Cómo es que este periodista fue encarcelado a causa de un reportaje por el que –precisamente- fue felicitado por el presidente Raúl Castro? Recordemos las palabras del mandatario cubano, publicadas en la prensa nacional: “Llegue un reconocimiento al periodista santiaguero José Antonio Torres. (...) Este es el espíritu que debe caracterizar a la prensa (...): (debemos) ser transparentes, críticos y autocríticos, porque es la manera en que podremos extraer la única utilidad que tiene el análisis sincero de los errores” (7).
Ahora veamos por qué fue, realmente, detenido, juzgado y condenado José Antonio Torres quien hoy, por cierto, disfruta de un “régimen (carcelario) de mínima severidad”, con pases domiciliarios de 72 horas cada mes y medio (8).
Torres fue arrestado tras escribir una carta a Michael Parmly, quien fuera jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, actual Embajada (9). En ella le solicitaba una entrevista personal “para proporcionarle (...) información sensible (...) que podía poner en peligro la seguridad nacional" de Cuba (10). Tanto en el juicio como en las entrevistas que ha concedido, Torres se justificaba diciendo que quería “cobrar revancha contra las autoridades” cubanas, ya que su esposa “había sido víctima de una injusticia laboral”. Por ello, fingió poseer “datos de carácter secreto que lograrían desestabilizar al Gobierno cubano”. Torres incluso ideó un código de contraseñas y claves para el encuentro con el citado diplomático de EEUU. Pero la Seguridad del Estado cubano interceptó la comunicación y fue detenido.
En ningún país del mundo se considera un “atentado a la libertad de prensa” entregar información de seguridad nacional a la potencia enemiga que lleva más de 50 años de bloqueo a un país. Incluso en el hipotético caso de que dicha información –como sostiene- fuera inventada.
Ya en la cárcel, como tantas otras personas detenidas por disímiles delitos, el exredactor se transformó en “disidente” y en “periodista independiente” (11), y pasó a ser defendido por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), la patronal de los principales diarios del continente (12). Desde prisión, ha escrito cartas pidiendo el apoyo del presidente Obama y del Papa Francisco (13). Y, en una entrevista reciente, llegaba a ofrecer sus servicios profesionales, para el día que salga de prisión, a los diarios The New York Times, El Nuevo Herald y El País (14).
Después de conocer esta historia, uno se pregunta si José Antonio Torres está hoy en una cárcel de Cuba por espía... o por idiota.
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