M.H.Lagarde.- Y mientras la policía la emprende a tonfazos contra los acampados en Barcelona, tres expresos cubanos, y 15 de sus familiares que viven en el norte de España, están amenazando con una huelga de hambre a menos que las autoridades resuelvan las condiciones “caóticas” de su exilio que, según afirmaron, están muy por debajo de la bienvenida prometida por el gobierno español.
Según los últimos "pedigüeños" cubanos, para ellos: "los cuidados médicos han sido difíciles de procurar – una mujer que recibió tratamiento contra el cáncer en Cuba y ahora tiene dolores no pudo conseguir una cita con un médico hasta el año que viene – y algunos de los recién llegados no han podido asistir a seminarios para hallar empleo porque no hay dinero para el transporte.
Como era de esperarse uno de los grandes problemas que confrontan los expresos es el de la plata: "El dinero prometido para gastos de 49 euros al mes, alrededor de $70, no se les entregó hasta la semana pasada. De igual modo, los 177 euros prometidos para ropa sólo se les han entregado a algunos de los recién llegados".
“Nos están tratando como unos simples inmigrantes”, dijo Erick Caballero, uno de los reclamantes.
Por lo menos, los expresos cubanos debían agradecerle a las autoridades españolas que no los estén tratando como lo que realmente son: simples mercenarios o delincuentes.
Y que se sepa, hasta ahora, ninguno de ellos ha sido víctima de la "actuación policial", por reclamar sus derechos, como es el caso de los acampados de Barcelona.
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