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Líderes de los países ricos sin estrategia financiera viable se ocupan de la guerra.


Norelys Morales Aguilera

El G-8, grupo de las naciones más ricas de la tierra, concluyó su cumbre anual en Muskoka (Canadá) con una condena a la "falta de transparencia" de las actividades nucleares de Irán y al ataque de Corea del Norte contra el navío de guerra surcoreano "Cheonan".

Al no poder resolver sus diferencias sobre una nueva estrategia financiera global, los líderes mundiales reunidos en Canadá volcaron su atención hacia los problemas más complicados en política exterior, señaló eufemísticamente la AP.

Por su parte el comunicado del G-20, una segunda élite de naciones ricas más emergentes entre los 192 estados miembros de la ONU, no obliga a aplicar impuestos a los bancos. O sea, que el capitalismo caníbal apuesta a la guerra ante su incapacidad para regular la crisis económica, ecológica, etc.

Los dirigentes de las ocho naciones más industrializadas del mundo, integrantes del Grupo de los Ocho, programaron empezar su segundo día de conversaciones el sábado enfocándose en el estancamiento en materia nuclear con Irán y Corea del Norte.

En el caso de Teherán, Estados Unidos y otros países europeos ejercieron presión para que otras potencias también impongan nuevas sanciones a Irán por su controversial programa nuclear, las cuales se sumarían a las medidas tomadas por el Consejo de Seguridad de la ONU este mes.

Sin embargo, China y Rusia apoyaron con renuencia las sanciones de la ONU y se han negado a tomar más medidas de castigo de forma unilateral. Pero, obvio que al final da lo mismo.

Las discusiones en materia de política exterior llevadas a cabo por los líderes del G8 _Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Canadá y Rusia_ ocurrían tras un día de conversaciones en las que el grupo no pudo llegar a un acuerdo sobre la combinación de gasto público y reducción del déficit que se necesita para que la economía mundial avance.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, argumentó que la economía global sigue siendo frágil y no debería ponerse en riesgo al tener países que reduzcan demasiado rápido sus déficit, mediante cortes en el gasto público y aumento de los impuestos, lo que puede llevar a un crecimiento económico más lento.

Pero los líderes de Gran Bretaña, Alemania, Canadá y Japón alegaron que las reducciones del déficit son necesarias para calmar a los inversionistas luego de la inestabilidad del mercado experimentada en mayo, cuando Grecia casi cae en bancarrota al no poder pagar su monumental deuda soberana.

La reunión del G8 se realizó en un complejo vacacional a dos horas en carro del norte de Toronto. Al terminar viajaron para las conversaciones del Grupo de los 20. (Elaborado con despachos de Agencias)

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