Juana Carrasco Martín.─ Se requiere de la castración de la identidad nacional, concretamente de la cubanía, de los genes martianos y maceístas, para que un nacido en Cuba «aplique» —por esa deformación anglófona de «solicite»— para las propuestas becarias que hace abiertamente el Departamento de Estado de Mike Pompeo, en busca de «líderes emergentes».
La Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, que dirige el anticubano Mauricio Claver-Carone, anunció un Aviso de Oportunidad de Financiamiento (NOFO, por sus siglas en inglés) para apoyar a «líderes cubanos individuales emergentes», particularmente dentro de la sociedad civil.
No hay dobleces en la pretensión expuesta de manera directa, y sí mucho dinero, porque a los mercenarios se les paga su trabajo. El programa tiene fondos por más de un millón de dólares (exactamente 1 033 086).
El proyecto Líderes Cubanos Emergentes, o la formación de guaidós isleños, tiene el propósito de que los participantes se establezcan en Cuba como profesionales para la promoción de «la democracia, los derechos humanos y las comunicaciones abiertas en toda la Isla e internacionalmente; darles las herramientas para promover causas que atraigan audiencias amplias, comunicar mensajes de manera efectiva a otros líderes y socios, movilizar actores independientes dentro de la sociedad civil para promover la libertad de expresión y reunión».
Palabrería habitual en la cual se encierra un solo término: subversión para llevar a un «cambio de régimen».
Los intentos de caotización de las circunstancias venezolanas, una nación puesta en situación límite por un bloqueo feroz y una intensa guerra mediática, quieren extenderlos a Cuba.
Para ello, buscan «ciudadanos cubanos y residentes que demuestren un interés en las comunicaciones y otros roles de liderazgo, preferiblemente estudiantes universitarios o jóvenes profesionales, con aptitud demostrada por exitosos proyectos en el exterior y con «deseo de regresar y trabajar en la gestión de organizaciones independientes y/o actividades en Cuba» y que representen la diversidad del país, además de preferir «mujeres y minorías».
Nada nuevo en el candil, recordemos el sucio y fracasado vuelo del Zunzuneo, aquel espécimen de red secreta dentro de Facebook y Twitter que intentó manipular a los jóvenes contra la Revolución Cubana; y más reciente el dinero empleado por la NED en 2018 para programas contra la Isla (4 643 525 dólares), con el objetivo de promocionar «derechos humanos y democracia», que de seguro inflaron la también fracasada campaña en las redes sociales contra la Constitución.
Son 60 años de planes criminales, cuando menos impúdicos, que ahora tienen como padrinos a Donald Trump y sus cuatreros anticubanos —una lista integrada por el vicepresidente, Mike Pence; el secretario de Estado, Mike Pompeo; el senador Marco Rubio; el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton: el ya mencionado Mauricio Claver-Carone. Resultados: cero éxito.
Al nuevo invento del Aviso de Oportunidad de Financiamiento solo se me ocurre parodiarle el título: ¡No, fooo…!
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