Ernesto Guevara, como Ministro de Industrias en Cuba, durante un recorrido por la INPUD de Santa Clara. Foto: Archivo del periódico Vanguardia |
En su condición de Ministro de Industrias, el legendario comandante dijo en el acto de inauguración:
“Compañeros todos: ahora en la víspera de cumplirse un aniversario más de una fecha íntimamente cercana a nosotros como es el 26 de julio, nuestro Ministerio tiene el orgullo de entregar a su pueblo una nueva planta para suplir necesidades importantes de la población.”
Línea de producción actual de ollas arroceras en la INPUD. Foto: Archivo de Vanguardia. |
“Esta es una inversión que ha costado al Gobierno Revolucionario más de 14 millones de pesos (…) la capacidad toda a utilizar este año será pequeña todavía, unos 5 mil refrigeradores, unas 5 mil cocinas de gas y, probablemente, unas 30 mil ollas. Para 1965 pensamos llegar a 20 mil refrigeradores y a 10 mil cocinas de gas, y su capacidad total en dos turnos será de 40 mil refrigeradores, y 100 mil ollas de presión.”
Paulatinamente, las producciones se incrementaron y fueron reemplazando los añejos equipos de marcas norteamericanas que fueron extinguiéndose por falta de piezas de repuesto más que por envejecimiento, pues en esa época todavía no era tan exagerado programar una corta vida útil a las mercaderías fabriles.
La inventiva popular de alargar el funcionamiento de los utensilios domésticos dio tiempo a que la INPUD se fuera convirtiendo en un proveedor cada vez mayor para sustituir suministros que el país se vio obligado a buscar a más de 10 mil kilómetros de distancia.
En la década de los 90, tras el derrumbe del campo socialista y la desintegración de la Unión Soviética, los cubanos volvieron, por segunda vez, a vivir otra situación abrupta de colapso de los utensilios domésticos, y hasta la propia INPUD se ha visto obligada a transformar sus procederes, después de cortadas las provisiones de materias primas y piezas de repuesto que provocaron a su colectivo dedicarse a elaborar bicicletas para enfrentar la aguda carestía de medios de transporte en el llamado Período Especial.
Del Reparto Ortiz, en Ciego de Ávila, Elsa María Álvarez dice sentir muy familiar a la INPUD debido a la cantidad de artículos que tuvo de esa industria, de la cual todavía usa dos ollas de presión, una pequeña y otra mediana, que “son tanquecitos de guerra por la candela que aguantan. Y lo que les queda por rendir todavía…”
“CEPIL es una emblemática fábrica avileña de productos plásticos, pero admito que a la INPUD de Santa Clara no hay quien le quite el número uno. He notado que desde 1995 han reaparecido en el mercado nacional, algunas cafeteras, ollas de presión, ventiladores y otros artículos.”
“Me enteré –agrega Elsa- de que pusieron en marcha líneas de ollas multipropósito y arroceras, pero lo que más me gustó es que en las arroceras, menos la parte eléctrica, el resto sea de componentes nacionales, lo mismo que sucederá en la otra a mayor plazo.”
Durante este final de 2015 han estado introduciendo equipamiento para cumplir los planes al mismo tiempo que también usan restos de materiales de la producción principal para confeccionar en otros renglones tales como: ventanas y puertas metálicas, fregaderos, calderos, sartenes, módulos de ollas, cafeteras, ventiladores, vianderos, cocinas de gas de una hornilla, osarios, ventanas, repisas, platos, bandejas.
Además, aumentaron la producción de: artículos plásticos, vitrinas verticales, luminarias, cocinas industriales, mesas calientes, bebederos y cajas de agua.
En el santaclareño Reparto Escambray, Lucía Ledón afirma que si en los años 70, poco a poco, la INPUD fue resolviendo muchos problemas a las amas de casa, ahora también espera “que vuelvan a hacer lo mismo para que podamos cambiar lo que ya se está poniendo viejo y no tiene piezas de repuesto.”
Para cumplir ese propósito están ocupados en diseñar y fabricar moldes y troqueles con modernas tecnologías, reducir costos de producción y diversificar la producción mediante transferencias tecnológicas a fin de seguir presentes en los hogares cubanos en un futuro mediante cocinas de kerosén y gas de una hornilla, cafeteras de inducción magnética y refrigeradores sin escarcha, licuadoras y batidoras, así como planchas eléctricas y secadores de pelo.
Y la noticia más reciente es que debido a las fortalezas de Villa Clara en la rama industrial, es una de las provincias seleccionadas para desarrollar dos polígonos industriales con el objetivo de integrar producciones: uno, es la Planta Mecánica Fábric Aguilar Noriega, y la otra, la INPUD Primero de Mayo que ya está dando muestras de que no defraudará la confianza depositada en ella por quienes aspiran a reemplazar la tecnología doméstica obsoleta y sin repuestos.
Título original "La INPUD es parte de la familia cubana" en Cubahora.cu
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