Arthur González.-- Una de las contrarrevolucionarias mejor pagadas por Estados Unidos, la inculta y grosera Berta Soler, desde hace años insiste en su enfrentamiento con el cardenal cubano Jaime Ortega Alamino, porque este no apoya su juego sucio de querer utilizar a la Iglesia católica, como pantalla protectora para sus provocaciones orientadas desde Miami.
No por gusto lo acusa constantemente de “complicidad” con el Gobierno cubano y poco le falta para catalogarlo de comunista, al negarse a reconocer sus inventadas represiones y listas de supuestos presos políticos, cuando en realidad han cometido delitos de otra índole.
Como prueba de que ella estaba detrás de la provocación efectuada durante la misa del Papa Francisco en la Habana, cometida por tres elementos sin historial político, ahora le reclama al cardenal Ortega que interceda por ellos, los cuales fueron detenidos por poner en peligro la seguridad del Santo Padre, motivo por el cual la guardia suiza que le da protección, actuó rápidamente entregándolos a las autoridades cubanas.
Es evidente que la grosera Berta Soler participó en la preparación de ese acto, con el objetivo de buscar visibilidad en los medios de prensa, pero no le salió bien, al ser la seguridad personal del Papa quien lo impidiera y el mundo pudo observar cómo eran aguantados por gente del pueblo, incluso de la tercera edad, accionar bien diferente a lo que ocurre en el mundo pues es otros países policías armados con cascos, escudos y chalecos antibalas, los hubiesen apaleados de inmediato.
Ella parece que no quiere recordar como en la ciudad estadounidense de Ferguson, la policía mató a tiros a un joven negro ante la presunción de que portaba un arma de fuego. Sin embargo, ni ella ni los que acusan a Cuba de racismo, levantaron sus voces para condenar tales crímenes y atropellos contra sus hermanos de raza.
Ahora los tres provocadores se encuentran detenidos en el centro de procesamiento e instrucción penal de la policía, hasta tanto culminen las investigaciones, pero la asalariada desea conformar una campaña de prensa a su favor, como si las acciones ejecutadas no fuesen constitutivas de delito.
Para no dejar dudas de que todo fue premeditado con alevosía, la inculta y grosera Soler, hizo declaraciones al libelo financiado para las campañas mediáticas contra la Revolución, “Diario de Cuba” en las que aseguró que “había solicitado una cita con el cardenal, pero fue imposible fijar un día porque este debe viajar esta semana a Roma y no regresará a Cuba hasta mediados del mes de noviembre”.
Ahora empieza una nueva etapa de acusaciones falsas y suplicas por tres personas que en Europa o Estados Unidos nadie intercede, al conocer que su accionar es sancionado fuertemente por las leyes, más aún con los antecedentes de la agresión física que sufriera San Juan Pablo II en Roma.
Realmente la inculta se ha creído la historia de que ella es una “gran personalidad”, porque fue recibida por Barack Obama hace dos años, en casa del presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana, sin percatarse que ella no es más que una ficha de la política anticubana de Estados Unidos y sus días están contados, por lo que cual Cenicienta volverá a ocupar el lugar que tenía antes de ser utilizada para encabezar las provocaciones con las llamadas “Damas” de Blanco.
Berta debería leer y especialmente a José Martí, para interpretar sus palabras cuando aseguró:
“Más culpables son los delitos por la intención que los engendra, que por el modo con que se cometen”.
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