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Otra versión de la visita recaudadora de fondos de Obama en Miami

Ya en este blog habíamos ofrecido una reseña del encuentro de Barack Obama con los terroristas y dos mercenarios cubanos. Esta es la versión de Edmundo García y responde a la pregunta: ¿qué pasó en la casa de Jorge Mas Santos en la tarde noche del viernes 8 de noviembre, durante la visita del Presidente Obama?

El coste del cubierto osciló entre 32 mil y 35 mil dólares. Teniendo en cuenta diversas fuentes, el promedio de asistentes fue de 40 a 45 invitados. Lo que indica que el Presidente se llevó de esa visita, como mínimo, un millón y medio de dólares. Ahora, si tomamos en cuenta el tiempo de la reunión, 40 minutos por el reloj, y dividimos, nos queda que como mínimo el presidente recaudó entre 60 y 70 mil dólares por minuto; más de 2 mil dólares por segundo.

Es decir, que se trata de una visita muy premiada económicamente y con una tarifa que no es para perder el tiempo.

Esas 40 o 45 personas que han pagado 35 mil dólares es lógico que tengan derecho a saludar y conseguir la foto cliché con el Presidente; esa que se hace de frente, posando junto a él. Foto que oscila entre 10 mil y 15 mil dólares; esté o no incluida en el precio total. También van a ser muy exigentes con el tiempo, así que el presidente lo único que hizo con Berta Soler y Guillermo Fariñas (quienes seguro no pagaron) fue ofrecerles un “breve saludo”. Y esa frase no es mía sino citada el mismo viernes por el Washington Post, que no puede considerarse un periódico amigo de la revolución cubana.

No existe siquiera esa foto cliché del Presidente de frente a la cámara con Guillermo Fariñas y Berta Soler. Ha circulado una foto de Berta Soler desde atrás, donde no se le ve el rostro; y una con Fariñas, más favorecido, donde se ven rostros de perfil.

Ni siquiera el congresista Joe García aparece con el Presidente. Ahora súmele a eso que el Presidente hizo un discurso. Relativamente extenso para los 40 minutos disponibles.

Como es propio de estos casos, Obama respondió las palabras de bienvenida de Jorge Mas Santos; agradeció a la familia, al Senador Bill Nelson y al ex senador estatal Bennet, y abordó temas domésticos como el seguro de salud y la reforma migratoria.

¿Qué y cómo habló de Cuba el Presidente? Lo hizo dentro del marco general del discurso que tenía preparado y luego reprodujo la Casa Blanca (http://www.whitehouse.gov/the-press-office/2013/11/08/remarks-president-dscc-fundraising-reception-0); no se estaba dirigiendo en particular a Fariñas o Berta Soler, como han querido hacer ver ciertos medios. Ni siquiera se estaba dirigiendo a Mas Santos. Como dije antes, el Presidente estaba tratando de exponer algunas razones generales con el objetivo de justificar la recaudación de fondos para su partido.

En ese discurso el dijo además que la política norteamericana hacia Cuba es obsoleta; que se impuso en momentos en que él ni siquiera había nacido. Esto es algo que ha dicho otras veces; comenzando su primer mandato y en su época de senador por Illinois. Estas son inconsecuencias de los políticos norteamericanos que nosotros conocemos; dicen cosas lógicas que luego no cumplen, o dilatan, por cuestiones de politiquería doméstica.

Esto fue lo que dijo el presidente a los invitados; pero no hubo tal conversación con los llamados opositores presentes. Todavía ayer lunes 11 de noviembre Jorge Mas Santos y Pepe Hernández, invitados al programa propagandístico y anticubano de Pedro Sevsec en el Canal 41, seguían insistiendo contra todas las evidencias en que Obama habría conversado con Fariñas y Berta Soler en la reunión, mientras las imágenes repetían unas escenas en la casa de Mas Santos donde era obvio que dialogaban con otras personas que no eran el Presidente de los Estados Unidos.

Fariñas trató de meter una cuña y hablarle durante el saludo, pero Obama, cortés y cortante, dijo que por favor, lo que le deseen decir se lo envíen por correo electrónico. Y eso y nada es lo mismo; pues un email entre millones cae en archivos de tecnócratas.

Fariñas también se bajó con la “originalidad” de decir que le pidió a Obama que les ayudara a estar en las conservaciones entre el gobierno cubano y el gobierno norteamericano. Y Jorge Mas Santos “reveló” ayer en el Canal 41 que Berta Soler le había asegurado que ahora el Presidente cubano Raúl Castro tenía que recibirla a ella porque ya se había entrevistado con el presidente del país más poderoso del mundo. Así de ajenos a la política andan estos entreguistas.

Para entender todo esto hay que tener en cuenta una distinción importante. Existen informes de inteligencia de la SINA para indicar qué es lo que hay que decir públicamente para hacer propaganda y generar efectos de opinión. Pero hay informes de inteligencia de la misma Sección de Intereses para tomar decisiones de acuerdo lo que sucede realmente. Y lo que estos informes dicen, y pueden consultarse en Wikileaks, es que esta llamada oposición que destacan ciertos medios no significa realmente nada en Cuba.

Como se pueden imaginar el presidente Obama podría distinguir entre estas dos cosas; tiene acceso a ambos tipos de informes. Es capaz de comprender entonces el disparate que significa que esta gente le pida participar en conversaciones con Cuba donde se tratan temas tan serios como la lucha contra el narcotráfico, el control migratorio, la protección del medio ambiente, la reacción ante algún fenómeno metrológico imprevisto, etc.

Por otra parte esta reunión ha sido inflada y realmente tampoco es un “hecho histórico” como se empeñan en decir. El propio George W. Bush siempre recibió mercenarios o familiares de mercenarios los 20 de mayo en la Casa Blanca, como a los del lunático Oscar Elías Biscet; al que llegó a darle la Medalla de la Libertad de los Estados Unidos.

¿Dónde sí veo una inconsecuencia en el Presidente? Cuando en el propio discurso, después de hablar de la necesidad de actualizar la política obsoleta hacia Cuba, le da lugar a los llamados opositores llamándolos “activistas” e identificándolos como supuestos agentes de cambio. Es como si volviera a caer en lo mismo que critica.

Pero también entiendo que el Presidente tenía que decir una cosa así por el lugar donde estaba. Aunque sepa que si existieran norteamericanos que hicieran en China o en Irán ese tipo de “activismo” que hacen Fariñas y Berta Soler en Miami, él mismo los consideraría traidores y la justicia norteamericana sería implacable con ellos.

Estos llamados disidentes son percibidos por los demás cubanos como vividores, como aliados de lo peor de la comunidad cubana en el sur de la Florida. Gritan en la televisión extranjera pero en Cuba no convencen a nadie; y pocos son los que los conocen. Actualmente hay más Damas de Blanco con visas de asilo o emigrantes en Miami que en La Habana. Ahora bien, ¿por qué a esta gente no le interesa que cambie la política norteamericana hacia Cuba?

A ellos no les interesa una mejora de relaciones entre Cuba y Estados Unidos porque viven sin trabajar; porque ellos no padecen el bloqueo. No les conviene un acuerdo ni siquiera parcial, porque si se desmonta el cerco económico y comercial se les cae el financiamiento a la subversión y entonces tendrían que comenzar a trabajar.

Algo que causa risa es la envidieta que esta reunión ha provocado entre los propios disidentes. Yoani Sánchez, que es tan explícita y expresiva, se limitó a pasar un twitt que decía: “Mis felicitaciones a Coco Fariñas y Berta Soler por encuentro con el Presidente Obama ayer”. Nada más. La procesión la lleva por dentro.

A la gente en Miami tampoco los engañan. El Nuevo Herald publicó una encuesta, no científica pero sí representativa de sus lectores, que decía: “¿Cree usted que el encuentro del Presidente con Guillermo Fariñas y Berta Soler influya en el futuro de Cuba?” Pues más del 50% del voto dijo que no. Y repito, esto fue en un periódico tan propagandístico en contra de Cuba como El Nuevo Herald.

En realidad este tipo de show se monta para Miami, para consumo local. Exceptuando algunas breves reseñas que se hicieron no circuló nada más. No ha tenido repercusión internacional. Dentro de Cuba ni siquiera ha resonado entre la disidencia. Entonces, ¿cuál es su significado? Además de lo que hemos dicho, ninguno. Hay que desconocer mucho a Cuba para creer que eso pueda tener alguna trascendencia.

Soy de la opinión de que a pesar de los obstáculos puede haber mejoría de relaciones entre Cuba y Estados Unidos en lo que queda de gobierno del presidente Obama. Para los intereses supranacionales norteamericanos no hay mejor contraparte en la zona del Caribe como el gobierno revolucionario de Cuba. Las autoridades cubanas son una garantía de competencia en un caso de desestabilización real; lo saben los correspondientes Departamentos de Estados Unidos. Lo sabe el Pentágono, la CIA, el FBI (aunque a veces no cumpla los pactos), el Departamento de Inmigración y el Servicio de Guardacostas, la DEA, etc.

Y les consta porque Cuba es el país más estable de la región, el que cuenta con la población más organizada; y los norteamericanos no van a echar eso a un lado para jugarle una carta de peso a una oposición con poco sentido común y sin realismo político.

Soy optimista, yo creo que el Presidente se va a centrar y va a tener gestos más amplios hacia Cuba. Yo creo que puede haber avances en distintos terrenos, como en los viajes de ciudadanos norteamericanos a la isla y el caso de Los Cinco. Creo que puede haber una solución al tema de los 4 antiterroristas cubanos que quedan presos; que serán 3 el próximo año con el regreso de Fernando.

Son cosas que se pueden ir solucionando; sin que importen los entreguistas de la isla, sin que importen los extremistas de Miami, ni todo el dinero que tengan o puedan conseguir Jorge Mas Santos, Pepe Hernández y la Fundación Nacional Cubano Americana con todos sus directores.

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